La migración es un fenómeno que llama la atención por sus implicaciones culturales. Por un lado es interesante reflexionar en torno a la transformación cultural, y por otro lado la relación cultural y simbólica que se da lugar entre el migrante y el país al que emigra.
En California (tan solo por mencionar un ejemplo), se da un fenómeno muy peculiar entre la cultura y el migrante. En este estado, cualquier migrante latino es “mexicano”, despertando sin darse cuenta un sentimiento ya racista. Se ha catalogado al mexicano ya como un invasor del territorio, sin considerar que cientos de inmigrantes de otros países residen en los Estados Unidos. A través de la anti publicidad y el manejo de información negativa en los medios de comunicación, el mexicano es considerado como violento, invasor y transgresor de la cultura estadounidense. Los estadounidenses han tomado la serie de símbolos masificados internacionalmente como parte inseparable de cualquier mexicano, burlándose en cierta manera para despertar aún más en la comunidad ese sentimiento xenófobo. El sombrero, el chile, los tacos, la piel morena, el pelo negro, entre otras cosas, han renacido como el simbolismo más sólido en E.U de lo que se considera como “mexicano”.
La máxima mano de obra en California es el mexicano, ellos se dedican a hacer lo que otros consideran como denigrante y toman los labores que los estadounidenses están indispuestos a realizar. Estados Unidos sin la mano de obra inmigrante, sería una nación menos productiva, con mayor inflación y menos mano de obra barata (Ramos, J).
El inmigrante, al moverse de ciudad, va en busca de una mejor vida, de empleo, de un buen salario para sustentar a la familia, entre otras cosas. Al alejarse de su país natal y residir en un lugar al que no se siente perteneciente aún , el mexicano adopta ciertas cosas de su nueva cultura, pero sigue aferrado a lo que se conoce, a lo que para éste es valioso; por lo tanto, realiza una recreación de su cultura al lugar del destino.
Gilberto Giménez llama a esto una reterritorialización, que se da cuando se crea una relación entre la cultura de origen y la nueva forma del espacio (Giménez, G).
El migrante ilegal crea una reacción cultural expresada principalmente en el trabajo, ya que asegura una continuidad y expansión de su grupo, lo vemos en el estereotipo del mexicano para trabajo doméstico y del campo ya mencionado. Se da una especialización del trabajo. Esta reacción cultural se ve también en el parentesco y la lengua como mecanismo de cohesión e identidad en el lugar, que sustenta los intereses y valores compartidos por todos (Montemayor, C).
Pero ¿Qué puede entenderse como cultura? A la cultura la podemos entender bajo tres aspectos: la cultura como comunicación, almacenamiento de conocimientos y visión del mundo. Dentro de la cultura de la comunicación están como ejemplos el conjunto de símbolos, signos, la lengua, el hábitat, la vestimenta, entre otras cosas. En cuanto a la cultura como almacenamiento de conocimientos se identifican las creencias, la intuición, y por último, la cultura como visión del mundo la podemos entender a través de las religiones, ideologías, filosofías y todo lo que implique un conjunto de valores (Giménez, G).
Al desterritorializarse, el mexicano lleva consigo no solo sus raíces culturales, sino la necesidad de adaptarse a un nuevo medio para sobrevivir. En ocasiones el mexicano trae de su lugar de origen algún elemento cultural para sanarse la nostalgia y sentirse como en su lugar de origen, recreando infinidad de cosas vividas en su tierra natal, desde comida, música, vestimenta, y hasta trae sus símbolos religiosos.
El fenómeno de la migración, me parece un tema muy importante a abordar dentro del área de la gestión cultural. Los grupos de migrantes al transformar su vida, cambian e incorporan su cultura y dentro de esta área, es de gran importancia que se gestionen modelos de desarrollo desde la parte cultural para las comunidades de los migrantes, quienes al estar en otro país sufren de una mayor vulnerabilidad. Si bien podría ser imposible gestionar la cultura mexicana en otros países dirigido para públicos migrantes, es interesante reconocer nuevos lineamientos de investigación para estas comunidades dentro de la gestión cultural, bajo una línea académica que logre aportar mayores conocimientos sobre el fenómeno.
Bibliografía
Gilberto Giménez.”Territorio y cultura”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, Número 4, Época II, Vol. II, Universidad de Colima, 1996.
Ramos, Jorge. La otra cara de América. Historias de los inmigrantes latinoamericanos que están cambiando a Estados Unidos, Editorial Grijalbo, México, 2000. Pp 17-24, 77-86, 205-212.
Fernández de Castro Rafael y Ordorica Ana Paula, “Adios al laissez faire migratorio”, en Revista Nexos Núm.343, Julio de 2006, pp 62-70.
Uribe Alvarado Ana B. y Covarrubias Cuéllar Karla Yolanda “El peregrinar del Señor de la Expiración como práctica cultural entre Colima México y Los Ángeles California”, n Zalpa Genaro y Patino Ma. Eugenia, La vida cotidiana, prácticas, lugares y momentos, Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2007, pp 275-304.
Montemayor, Carlos.”La afirmación de la identidad en el exilio”, en Valenzuela Arce José Manuel. Renacerá la palabra. Identidades y dialogo intercultural; El Colegio de la Frontera Norte, México, 2003. Pp23-32.
Publicado por: Alma García Cacho